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Channel: Hermanito Carlos de Foucauld
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Oración.....

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"Nada despierta más a la oración que el encuentro de un hombre o una mujer transfigurados por la oración. A menudo he advertido que la presencia de estos seres en el seno de una comunidad, sobre todo si están ocultos, se vuelve rápidamente contagiosa."
Jean Lafrance

CARLOS DE FOUCAULD EN LA ESPIRITUALIDAD DE NAZARET, POR JOSÉ L. VÁZQUEZ BORAU

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La espiritualidad nazarena nos invita a vivir el amor apasionado por la persona de Jesús en las situaciones comunes de la vida como Él, que vivió plenamente la relación filial con el Padre, viviendo en el seno de una familia, ejerciendo un oficio, morando en una aldea y caminando por las veredas de Palestina.
La espiritualidad de Nazaret,
es una llamada a vivir el amor apasionado por la persona de Jesús,
 en las situaciones más ordinarias de la vida, a ejemplo del mismo Jesús,
que no se evadió de la servidumbre de las relaciones humanas...
Esta espiritualidad de Nazaret se puede vivir en cualquier situación, en la vida religiosa y en la vida de familia, en el sacerdocio y en el laicado, solo o haciendo vida en común. 
No es una espiritualidad del desierto ni eremítica es, por el contrario, una espiritualidad de relación.
"El misterio de Nazaret manifiesta, más que ningún otro, la total integridad y verdad de la naturaleza humana de Jesús. Este misterio supone que Jesús apareció entre los suyos, hombre como los demás, sin manifestar en nada, durante los años de su juventud, su cualidad de Mesías. La vida de Nazaret es en resumidas cuentas el misterio de una ausencia de misterio en la vida humana y social de Jesús".(René Voillaume, citado por José Luis Vazquez Borau en "Carlos de Foucauld, y la espiritualidad de Nazaret)

Vivir la espiritualidad de Nazaret, vivir en comunión con la Iglesia, quiere decir ser fermento en la masa. En palabras del obispo Pedro Casaldaliga significa: "optar por una cultura de la solidaridad y optar por los empobrecidos y sus causas; potenciar el ecumenismo; asumir los desafíos de la modernidad y contribuir con la especificidad del cristianismo a humanizar; apostar por la democratización de la vida y también de la Iglesia"(Vida Nueva, n. 1193 (Madrid 1994)
Pero, además, hemos de trabajar para que la Iglesia vuelva a Nazaret. Es esencial recordar que Jesús de Nazaret no estableció una religión más, sino que nos ofreció vivir una relación con Él.

Nazaret no es un período superado por la vida pública de Jesús. Es la buena noticia del Dios hecho hombre. Dicho de otro modo, la predicación del Reino sólo se puede entender en el contexto de Nazaret: Las Bienaventuranzas y el Mandamiento del Amor constituyen el programa de Nazaret.
La Iglesia debe volver a Nazaret si quiere la alegría de Dios cercano. Nazaret es la raíz de la Fraternidad en la Iglesia y en el Mundo, desmoronando toda organización de verticalidad y sometimiento.

Decir Nazaret es decir Iglesia hecha con el Pueblo y para el Pueblo.
Decir Nazaret equivale a dar valor a lo cotidiano, a lo pequeño, a lo simple. Significa saber descubrir el valor redentor de una vida sencilla de personas del pueblo, con sus penas, trabajos y alegrías sencillas.
Jesús de Nazaret vivió como un hombre trabajador de su pueblo la mayor parte de su vida, y, después, en el desierto o durante su vida pública, no dejó de ser nunca un pobre del pueblo de Yahvé, como su familia y amigos. Ser contemplativos en lo cotidiano y normal de la vida, para realizar la Voluntad de Dios.

Carlos de Foucauld, tiene siete puntos acerca de la "Imitación de nuestro muy amado Sr. Jesús". En el Séptimo, escribe de la "EVANGELIZACIÓN LIBERADORA de NAZARET", y dice: "Quien desee vivir según la espiritualidad de Nazaret tendrá que ser consciente de que ésta es la base de su existencia, ya esté en el desierto o en la misión apostólica. Es decir, no puede haber apostolado sin Nazaret ni desierto sin Nazaret, ni Nazaret sin desierto y apostolado".
Y recurre a los Evangelios para ver qué nos enseñan del modo de actuar de Dios, para que estos cuatro modelos que vamos a , meditar inspiren nuestros pasos y actuemos en consecuencia:

BELÉN:
Belén: Dios es ternura
Los evangelios de Lucas y Mateo nos presentan el nacimiento de Jesús con una gran belleza plástica y un profundo significado. Jesús nace en una cueva, refugio de animales, porque no hay lugar en el pueblo para José y María.
En Belén nace el Hijo de Dios. En esto se nos muestra la pequeñez de Dios. Su estilo no es la prepotencia de los conquistadores. El estilo de Dios se asemeja más a un niño que a un general. Dios es ternura.
Jesús nació extranjero. Para encontrar a Dios hay que salir fuera, entre los pobres y marginados. La escena del nacimiento de Jesús es de alegría. En la pobreza, en la marginación, en el silencio, en el anonimato, Dios está presente.
En Belén no hay discursos. Aquí los políticos no acuden pues no hay lugar ni al éxito ni al poder. En Belén sólo se encuentra la compañía silenciosa, la alegría profunda de los pobres que saben compartir.

 NAZARET:
Nazaret: es la santidad evangélica de hijo de Dios,
dentro de la condición ordinaria del hombre pobre, obligado a trabajar para vivir
Es el lugar del trabajo silencioso y anónimo. Lugar donde se vive la cotidianidad sin que esto trascienda a ninguna otra esfera.
Si comparamos los años de vida oculta de Jesús con los de su vida pública; si comparamos sus tiempos de silencio y anonimato con el tiempo de anuncio público, podemos concluir que la vida de Jesús fue prácticamente la de un hombre callado, desconocido. La vida de un obrero. Pero del interior de este silencio y de este anonimato surgió la relevancia del mensaje transmitido por Jesús.
Nazaret fue la palabra clave que movió a Carlos de Foucauld y a las Fraternidades que a partir de él surgieron. René Voillaume nos indica que:
"Las consecuencias que manan de este período de la vida de Jesús son importantes para nosotros. Jesús es el santo de Dios. Ahora bien, esa santidad se halló realizada dentro de las condiciones de vida más ordinarias, las del trabajo, las de la vida familiar y social en una aldea, y por ahí se encuentra afirmado con fuerza el hecho de que las actividades humanas más oscuras y más corrientes son perfectamente compatibles con la perfección del Hijo de Dios. Jesús, dentro de la sociedad de Israel, no era sacerdote ni rabino: ni tan siquiera siguió a Juan Bautista al desierto. El primer elemento de la espiritualidad de las fraternidades, en armonía con este misterio, consiste precisamente en creer en la posibilidad de una santidad evangélica de hijo de Dios, dentro de la condición ordinaria del hombre pobre, obligado a trabajar para vivir" (R.Voillaume, Por los caminos del mundo (Marova, Madrid 1973 - 279)

 GALILEA:
Galilea es el lugar de la curación eficaz, del anuncio público
En Galilea inicia Jesús su actividad pública y llama a sus discípulos. Es aquí donde anuncia la inminencia del Reino, la paternidad de Dios y libera a muchos oprimidos de su angustia.
Galilea es el lugar de la curación eficaz, del anuncio público, de la cooperación de algunos y de la incomprensión de muchos.

JERUSALÉN:
Jerusalem: Dios eleva donde los hombres escupimos.
En Jerusalén Jesús es condenado grotescamente y ejecutado vergonzosamente.
El Hijo de Dios es maltratado, insultado y crucificado. Jerusalén es el lugar del desconcierto, del fracaso. Pero, a la vez, punto central de la Historia de la Salvación.
El Hijo de Dios crucificado: las personas tratadas como animales. Ésta es la condición de inhumanidad que Dios escoge para librarnos. Dios eleva donde los hombres escupimos.
Cada uno de estos modelos contiene su verdad que se enriquece con la verdad de los otros. 

Pero hay que señalar que en cada uno de estos modelos, Belén, Nazaret, Galilea y Jerusalén, se encuentra la presencia silenciosa, acompañante y efectiva de María. En su pequeñez habitó el misterio de Dios. El acontecimiento nuclear de la Historia de la Salvación se realiza en una joven de Nazaret, perteneciente a los pobres de Yahvé. Y el plan de Dios no ocurre por casualidad.
María nos enseña la eficacia de la sola presencia, la importancia del silencio que acompaña. No se trata de una presencia que no comunica nada, sino de aquella que la hace exclamar en voz alta: "Mi alma glorifica al Señor" (Lc 1,46).

POR JOSÉ L. VÁZQUEZ BORAU

Semana Santa 2016, entremos....

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Al caer la tarde, al despuntar el lucero, hemos entrado a la Semana Santa. 
La clave de toda la semana está dada en el verbo recién empleado: entrar. Se trata de eso; de entrar. Lo demás se da solo. Entremos. Entremos con Cristo a Jerusalén.


¡ El comienzo...

Article 2

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Desde esta página nos solidarizamos con nuestros hermanos de Bélgica de manera especial por este atentado tan atroz.


De Bélgica y en especial de Bruselas, donde están las Fraternidades Centrales de los Hermanitos de Jesús y Hermanitos del Evangelio, provienen muchos de los Hermanitos y Hermanitas que nos han acompañado en este camino.
Nuestra oración y dolor fraterno junto a ellos y que Dios se apiade de este mundo tan alejado de su dulce corazón.

Article 1

Silencio, paz, oración, perdón...

Felices Pascuas....

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- Dinos María ¿qué has visto?
- Él , no está, ¡HA RESUCITADO!
- No es vana nuestra fe.
El Maestro ha resucitado, ALELUIA!!


Nebulosa de Orión,
imagen del Telescopio Espacial Hubble
Felices Pascuas de Resurrección - Happy Easter everyone!!

El Papa Francisco y las grandes intuiciones de Carlos de Foucauld...

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“Es amando a los hombres cómo se aprende a amar a Dios”.
(Carlos de Foucauld)
1. Carlos de Foucauld: ¿Testigo para nuestro tiempo?
Estamos conmemorando el centenario de la pascua del hermano Carlos de Foucauld. Un siglo ha transcurrido desde la tarde de ese primero de diciembre que vio caer en las arenas del Sahara el cuerpo herido del hermano universal, el amigo de los Tuaregs, el Marabuto del corazón rojo.  Aquél que, compartiendo la vulnerabilidad de sus vecinos, fue golpeado de manera directa por la violencia reinante en el ambiente.

Desde entonces, a pesar del aparente fracaso de una vida terminada en la soledad y el abandono, su testimonio no ha cesado de impactar la vida de innumerables hombres y mujeres inspirando múltiples iniciativas. A través de todas ellas se ha buscado proponer una manera particular de vivir la relación con Dios y con la humanidad: valorando lo cotidiano como lugar de manifestación divina, en la cercanía con los más pobres y en la apertura universal a la fraternidad.

En pleno siglo XX el dominico Ives Congar reconocía la fuerza testimonial del hermano Carlos viendo en él uno de los “faros que la mano de Dios encendió en los albores de la era atómica”. Una luz de esperanza manifestada como un llamado al encuentro, en un siglo marcado por la injusticia, la división y la guerra.

Es en este mismo sentido que se expresaba el teólogo Ludwig Kaufman al establecer un vínculo estrecho entre las figuras de Foucauld, Juan XXIII y el Obispo salvadoreño Oscar Romero, presentándolos como auténticos referentes del cristianismo del futuro. Comenzado ya el tercer milenio, ¿De qué manera el testimonio del hermano Carlos sigue mostrándose como una propuesta vigente para nuestro tiempo?

Más allá de toda formalidad la beatificación de Carlos de Foucauld, en noviembre del año 2005, nos recuerda que el testimonio de los bienaventurados puede transformarse en una verdadera fuente de inspiración para la vida de quienes se ponen tras las huellas de Jesús.
En cuanto al hermano Carlos, las grandes orientaciones de su vida continúan siendo significativas en un mundo que se resiste a abandonar las lógicas del egoísmo, la violencia y la exclusión.

Es, en efecto, en esta perspectiva que se pronuncia el Papa Francisco cuando, evocando de manera explícita la figura de Foucauld, le reconoce como un auténtico apóstol de la bondad, ejemplo de cercanía fraterna y solidaria con los más pobres y los más abandonados.

Es importante señalar que dichas palabras no son expresadas como parte de un elogio generalizado de las virtudes del bienaventurado Carlos. En ellas se refleja el sentir de alguien que le conoce y que se muestra convencido de la actualidad que cobra esta manera particular de anunciar el Evangelio.
Cabe destacar que los primeros encuentros entre Francisco y la figura de Carlos de Foucauld se sitúan en el contexto de la historia eclesial latinoamericana de la segunda mitad del siglo XX. Durante este período las fraternidades, a través de sus diferentes rostros, fueron haciéndose presentes en diversos países de la región acompañando la suerte de los más pobres. Sin pretender definir el impacto personal que esta espiritualidad pudo tener en la vida del jesuita Bergoglio, se puede afirmar que durante su ministerio, sobre todo siendo arzobispo de Buenos Aires, las oportunidades de compartir de cerca con las fraternidades nunca faltaron.

Esto contribuyó de algún modo a generar cierta proximidad entre él y el camino espiritual inspirado por Foucauld, relación que queda de manifiesto en algunas de sus recientes intervenciones. Sin embargo, no son solo sus palabras sino también sus actitudes las que nos permiten establecer algunos vínculos entre ambos. Antes de abordar algunos de los textos en los que Francisco se expresa a propósito de Foucauld, bien vale la pena profundizar ciertos aspectos de su práctica que se muestran en perfecta armonía con las intuiciones del hermano Carlos.

2. La apertura al encuentro y el llamado a la periferia.
"...no les hablarás de dogmas, sino que te harás querer haciéndote amigo de todos."
(Carlos de Foucauld)
Uno de los tantos gestos que ha marcado el ministerio del Papa Francisco es su permanente disposición al encuentro, manifestada de manera especial a través de la búsqueda del diálogo. Hemos visto como, en no pocas ocasiones, antes de proponer un discurso preestablecido, Francisco ha preferido ponerse a la escucha de sus interlocutores.
Lejos de ser un aspecto anecdótico, dicha actitud va profundamente ligada a la manera de comprender el proceso evangelizador teniendo en cuenta que éste no puede prescindir del camino del diálogo sincero y del respeto por el otro. No se trata de imponer de manera unilateral un cúmulo de principios doctrinales o jurídicos sino de proponer ese Evangelio que invita ante todo a responder al Dios amante que nos salva, reconociéndolo en los demás y saliendo de nosotros mismos para buscar el bien de todos.

Ir al encuentro del otro implica entrar en relación auténtica con él, valorar profundamente su realidad, su historia, su vida. Descubrir en él o en ella a un hermano/a a través del cual Dios también tiene una palabra que decir. Esta preocupación queda de manifiesto en las palabras dirigidas a los sacerdotes, seminaristas, religiosos y religiosas en Río de Janeiro: “Ser llamados por Jesús, llamados para evangelizar […] llamados a promover la cultura del encuentro […] Los quisiera casi obsesionados en este sentido. Y hacerlo sin ser presuntuosos, imponiendo «nuestra verdad», más bien guiados por la certeza humilde y feliz de quien ha sido encontrado, alcanzado y transformado por la Verdad que es Cristo, y no puede dejar de proclamarla (cf. Lc 24,13-35).

Aproximadamente un siglo antes, la concepción evangelizadora de Carlos de Foucauld se inscribía en esta misma línea poniendo el acento en la necesidad de crear una relación cercana con la gente, antes de poner en práctica cualquier otra iniciativa de carácter misionero: Conocerás a la población y te dejarás conocer por ella -decía a su amigo Louis Massignon- no les hablarás de dogmas, sino que te harás querer haciéndote amigo de todos.
De hecho, ya en los comienzos de su conversión, la fuerza transformadora del encuentro con otras realidades había sido vivida por él como una experiencia profundamente significativa. De ello dan cuenta sus propias palabras cuando escribe: El Islam me produjo una profunda impresión. Contemplar la fe de esas almas, viviendo en la continua presencia de Dios, me ha hecho descubrir que hay algo más grande y más verdadero que las ocupaciones mundanas. En adelante, este primer contacto con el otro, vivido desde la sencillez de la amistad, será considerado por Foucauld como un paso primordial de evangelización.

Esto hará posible que los seguidores de Jesús puedan mostrarse en todo momento como auténticos testigos de vida evangélica,
Por otro lado, el deseo de hacer presente el rostro bondadoso de Dios va suscitando nuevas interrogantes y nuevos desafíos en la vida de Foucauld. En abril de 1905, en una carta dirigida al Padre Caron, escribía: ¿Donde debo ir? Allí, donde Jesús iría, hacia las ovejas más alejadas, las más abandonadas. No se trata de ir allí donde la tierra es más santa sino donde las almas se encuentran en una necesidad mayor.
Es en efecto otra de las preocupaciones que van surgiendo: la suerte de los más alejados.

Mientras buscaba dar un nuevo sentido al deseo de vivir la vida de Nazaret, más allá de los límites del pueblo en el que vivió su Maestro, el hermano Carlos se mostró convencido de poder encontrar esa vida simple al lado de los más débiles y los más abandonados. En sus meditaciones escribe: Debemos amar a todos los hombres, pero debemos inclinarnos más aún ante aquellos a los que el mundo olvida, desprecia y margina: los pobres, los pequeños, los sufrientes.

Animado por este descubrimiento, decide ponerse en camino hacia la marginalidad, para compartir la vida allí donde Jesús pudiese ser conocido no a partir de grandes campañas misioneras, sino a través de actitudes concretas que reflejaran mejor que las palabras, la cercanía del Dios Bueno.

El llamado del Papa Francisco invitando a desplazarse hacia las periferias ha permitido, en cierto modo, actualizar este rasgo característico de la vida de Carlos de Foucauld.
De hecho, uno de los aspectos sobre los que más ha insistido durante su ministerio pastoral ha sido su compromiso profundo con los más pobres y los más alejados. Para Francisco, la exigencia de ir hacia las “periferias existenciales” no obedece a la elaboración de un discurso abstracto sobre la existencia humana, ni constituye una tentativa proselitista para llamar la atención de nuevos miembros para la Iglesia. La existencia de la que habla el Papa es aquella que se manifiesta en la vida concreta de todos los días, sobre todo aquella que se expresa en la carne de la humanidad herida por la pobreza, la injusticia y la exclusión.

Si bien es cierto esta comprensión se arraiga en la praxis misma de Jesús, ella se nutre también de la tradición teológica y espiritual latinoamericana.

A través de ésta se supo dar continuidad al llamado del Concilio Vaticano II que nos recuerda que nada que toca al ser humano, sobre todo a los más pobres, puede ser ajeno a los discípulos de Cristo. En ese mismo sentido, la reflexión latinoamericana ha sabido hacer notar que el rostro sufriente de Cristo sigue cuestionando a la humanidad de nuestros días.
Si el Papa pone su mirada en la periferia, lo hace cómo discípulo de Jesús, dejándose interrogar por una existencia que habla de pan, de trabajo, de enfermedad, de rechazo, de vida, de muerte, de dignidad, de justicia. Preocupaciones que en más de un oportunidad golpearon el corazón de De Foucauld como lo expresa su reacción frente al flagelo de la esclavitud: Es de una inmoralidad vergonzosa ver jóvenes robados hace cuatro o cinco años a sus familias en Sudán, ser mantenidos a la fuerza aquí por sus dueños y por la autoridad francesa, cómplice de esos raptos (…) Ninguna razón económica ni política puede permitir la existencia de tal inmoralidad e injusticia

3. La dimensión salvífica de las realidades cotidianas: la palabra de Francisco a propósito de Carlos de Foucauld.
Para entender hoy a la familia, entremos también nosotros -como Charles de Foucauld-
en el misterio de la Familia de Nazaret. (Papa Francisco)
Si los gestos y las actitudes de Francisco nos recuerdan algunos aspectos que han atravesado el pensamiento y la acción del hermano Carlos, la manera de pronunciarse con respecto a él se orienta en ese mismo sentido. Hablando a los presbíteros sobre el desafío misionero de la Iglesia actual el Papa reconoce la singularidad del método evangelizador del misionero del Sahara: Pienso en el beato Carlos de Foucauld. ¿Qué hizo? Dio testimonio, un testimonio que atravesó su vida y continúa hoy moviendo corazones.

En efecto, no se trata solamente de ensalzar sus cualidades personales, sino de ponerlo en relación con el anuncio de la Buena Nueva en medio de las situaciones que afectan a la humanidad, especialmente cuando se trata de los más pobres o marginados. Esta es la perspectiva en la que se inscriben las diversas intervenciones a propósito de Foucauld.

Al respecto, dos textos retienen nuestra atención: La encíclica Laudato Si y el discurso en las vísperas de la apertura de la segunda etapa del Sínodo de la familia.
* En el capítulo tercero de la encíclica, presentando de manera crítica los diferentes efectos provocados por la exaltación del paradigma tecnocrático y el antropocentrismo desmedido, el Papa pone de manifiesto el rol que dichos elementos juegan en el desequilibrio ecológico. Éste es entendido no solo como quiebre con el entorno natural sino también como expresión de la ruptura de las relaciones entre los propios seres humanos. Es en ese contexto que se aborda la cuestión del trabajo, como una realidad que expresa de manera particular los desajustes provocados por los intereses de un sistema económico injusto y las consecuencias de concepciones erróneas del progreso tecnológico.

La justa valoración del trabajo, en su más amplio sentido, es presentada entonces como un aspecto fundamental para contribuir en la elaboración de una comprensión integral de la ecología que ayude a revertir estas situaciones deshumanizantes. Sólo de esta manera se podrá aportar a la búsqueda de la plenitud humana haciendo posible que todo el entorno creado pueda también dar lo mejor de sí.

Es en esta perspectiva que se pone de relieve la figura del hermano Carlos tal como lo expresa la encíclica: La espiritualidad cristiana con la admiración contemplativa de las creaturas que encontramos en Francisco de Asís, ha desarrollado también una rica y sana comprensión del trabajo, como lo podemos ver, por ejemplo en la vida del bienaventurado Carlos de Foucauld y sus discípulos.

El testimonio de Foucauld es asumido como expresión del potencial contemplativo que permite ahondar en las diferentes realidades de la historia para recuperar el sentido profundo de lo que Dios quiere, poniendo de manifiesto las exigencias necesarias para que su proyecto pueda concretarse.

En otras palabras, la vida del hermano Carlos y las opciones de “sus discípulos”son presentadas como una invitación a redescubrir la dimensión salvífica de las realidades más cotidianas en las que se juegan aspectos fundamentales que contribuyen a la “vida plena y abundante” querida por Jesús.

* Es en este mismo sentido en el que se orienta la intervención llevada a cabo en las vísperas del Sínodo de la familia.En dicho discurso se evoca el deseo permanente de Carlos de Foucauld de buscar el último lugar haciéndose hermano de los más débiles, aprendiendo a descubrir con ellos el valor de las realidades simples como lugar en el que Dios habla. Esto se desprende de las palabras de Francisco cuando afirma: a través de la cercanía fraterna y solidaria a los más pobres y abandonados [Foucauld] entendió que, a fin de cuentas, son precisamente ellos los que nos evangelizan, ayudándonos a crecer en humanidad.

Salgamos, salgamos a ofrecer a todos la vida de Jesucristo
Esta clave de interpretación abre la posibilidad de centrar la mirada en el modelo de Nazaret no en un sentido idealista, sino estableciendo una íntima relación entre la cotidianidad de la familia nazarena y las diversas situaciones que viven las familias de hoy.
El Papa Francisco dice al respecto: Para entender hoy a la familia, entremos también nosotros -como Charles de Foucauld- en el misterio de la Familia de Nazaret, en su vida escondida, cotidiana y ordinaria, como es la vida de la mayor parte de nuestras familias, con sus penas y sus sencillas alegrías; vida entretejida de paciencia serena en las contrariedades, de respeto por la situación de cada uno, de esa humildad que libera y florece en el servicio; vida de fraternidad que brota del sentirse parte de un único cuerpo.
Más que un modelo lejano e imposible de seguir, la familia de Nazaret se vuelve entonces una fuente de inspiración que permite a las familias de nuestro tiempo valorarse y ser valoradas desde lo profundo de sus vidas, con todas sus complejidades y esperanzas.

La capacidad de Foucauld de dejarse impactar por el misterio oculto de la vida de Nazaret nos invita a descubrir el paso sencillo y misterioso de un Dios que se muestra a través de las diversas historias que se tejen en el corazón de la humanidad.

Si el Papa Francisco ve en la vida de Carlos de Foucauld un testimonio vigente para nuestro tiempo, lo hace poniendo su figura en una dinámica de relación con la vida y las preocupaciones concretas del hombre y la mujer de hoy. Con ello nos recuerda que lo esencial de dicha propuesta espiritual es la apertura a la humanidad, sobre todo a la humanidad sufriente.
Es amando a los hombres que se aprende a amar a Dios, decía Foucauld en una de sus cartas.

De este modo, el apostolado de la amistad y la fraternidad universal llevarán siempre a cultivar un espíritu de descentralización y de movimiento permanente hacia los demás.
Esta actitud que hizo parte fundamental de la vida del hermano Carlos es en la actualidad uno de los llamados incesantes promovidos por Francisco a los creyentes: 

Salgamos, salgamos a ofrecer a todos la vida de Jesucristo […] prefiero una Iglesia accidentada, herida y manchada por salir a la calle, antes que una Iglesia enferma por el encierro y la comodidad de aferrarse a las propias seguridades.

A cien años de la muerte de Carlos de Foucauld, las grandes intuiciones que han atravesado su vida continúan siendo un auténtico desafío para nuestros días. Desafío que queda actualizado en la palabra y los gestos de Francisco, cuestionando de manera directa la manera de vivir el seguimiento de Jesús y las formas de ejercer el ministerio pastoral, sobre todo en lo que respecta al acompañamiento de los pobres y excluidos.

Javier Pinto Contreras, Teólogo.
París, 1° de diciembre de 2015

Adoración y......

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¿Crees estar solo en tu tiempo de adoración......?


Trahe nos...

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... post te curremus in odorem ungentorum tuorum. Cant. 1,3 (1)


Como esa canción,
que llega con el viento una madrugada
y, obstinada,
retorna sin cesar.
Así regresan al  Hermanito Carlos, con insistencia,
las palabras nocturnas desgranadas
a solas con Jesús.
“Dios mío, todo está callado, todo duerme,
yo estoy a tus pies,
diciéndote en voz baja que te amo…”

(1).- Atráenos: corremos detrás de ti siguiendo el olor de tus perfumes…Cant.1,3

Encuentro Familia Foucauld Argentina...

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Hola queridos herman@s tod@s de nuestra hermosa Argentina, hace ya tres años (el 27/5/2013) posteamos desde este blog el articulo que pongo a continuación...

"...Queridos hermanos y queridas hermanas, hace un tiempo que me habita el corazón la idea de poder llevar adelante con todos y todas un encuentro nacional que involucre a todos y todas que tengan al Hermanito Carlos como inspiración.
En Bolivia creamos la Familia Foucauld Bolivia y participamos en un hermosísimo encuentro miembros de todas las vertientes espirituales que se inspiran en el Hermanito cada primer fin de semana de diciembre, es inmenso el bien que se realiza con encuentros de este tenor.
Cuan bello sería comenzar a trabajar en un realidad semejante aquí en nuestra tierra Argentina.
Si hay alguno o alguna que tiene un deseo semejante en el corazón quedamos por este medio para hablar  del mismo y para invitar a todos y todas..."

Como respuesta a esta invitación recibí algunas adhesiones y muchas buenas intenciones para que se haga realidad, algunos coincidimos que es un espacio que nos hace falta como familia y por qué no decirlo se constituirá como una riqueza enorme para nuestra Iglesia particular.
Ayer día de nuestra Madrecita de Luján un par de amigos y hermanos me preguntaban que había sido del "famoso encuentro", lo que me motivó a relanzar la invitación y proponer para este jubileo de la Pascua de nuestro Hermanito Carlos, la posibilidad de encontrarnos en un Encuentro de la Familia Espiritual Foucauld en Argentina.
Somos muchos los que seguimos las huellas del Hno. Carlos en su vida personal y pastoral, y es un deseo común de varios  de nosotros poder juntarnos compartir la vida, la caminada y si es posible comenzar a perfilar a la familia Espiritual Foucauld en Argentina.
Entre algunos nos conocemos pero muchos otros  no  y en este jubileo sentimos el deseo interior de propiciar un encuentro donde quepan todos htos, htas, laicos, sacerdotes, etc y celebrar juntos, ya nos hemos puesto en contacto varios y comenzamos estos primeros esbozos de contacto.



Te pido por favor si tienes alguna idea para compartir al respecto, si te parece bien, si en una primera miradita al proyecto lo ves posible desde tu realidad, etc, escribe, comparte, opina, entre todos lo debemos hacer posible.
Mientras tanto te animo a ir rezando esta propuesta y hacerlo unidad de oración con tu fraternidad por favor y muchas gracias.
Estaremos informando los avances de este sueño.

Hermanitas de Jesús

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Presencia, corazon y escucha, he ahí Nazaret....

Descansa en paz, querido hermano....

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Predicar el evangelio es un anhelo ardiente que se origina en las entrañas del evangelizador y que se prolonga con naturalidad en los oyentes, quienes también son llamados a experimentar el deseo de exponer el mensaje de Dios.
Desde que Jesús mandó a predicar el evangelio (Marcos 16:15-16) hasta hoy, han sido convocados millones de predicadores a través de la historia. La sucesión apostólica sigue vigente en la gran cantidad personajes que han sido considerados grandes predicadores del evangelio, como el mismo Pablo. Anoche me quede pensando mucho en un pasaje de la biblia que se me invito a leer y cito:
Es palabra fiel: Que si somos muertos con Él, también viviremos con Él:
Si sufrimos, también reinaremos con Él: si negáremos, Él también nos negará:
Si fuéremos infieles, Él permanece fiel: no se puede negar á sí mismo.
Recuérdales esto, protestando delante del Señor que no contiendan en palabras, lo cual para nada aprovecha, antes trastorna á los oyentes.
Procura con diligencia presentarte á Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que traza bien la palabra de verdad.
Más evita profanas y vanas parlerías; porque muy adelante irán en la impiedad.
La inversión en la predicación del evangelio ha sido grandiosa desde el comienzo de la era cristiana hasta nuestros días. Muchísima gente ha consagrado su mente, aportado sus recursos físicos y destinado su dinero a la causa de la evangelización a través de los siglos.

Aunque a veces hayan quejas de que algunos, aunque sean parte de la iglesia, se les olvida la responsabilidad de aportar a la propagación del evangelio, muchos fieles cristianos si lo hacen; es el caso de nuestro querido sacerdote, hermano y amigo PATRICIO quienes tuvimos la enorme dicha y el gran honor de conocerlo fuimos testigos de su entrega a Dios en pos de servicio de la comunidad donde se estableció (Piñami Chico) con los hermanitos de Foucauld.
Esta vocación que el poseía era tan contagiante que uno podía sentirse tranquilo conversando con él, su gran tamaño (para un corazón tan grande y generoso) el acento francés que le caracterizaba y la sonrisa con que siempre lo recibía a uno; son algo inolvidable.
Estimados amigos todas las personas que llegamos a conocer a Patricio sentimos el dolor y lo extrañaremos, Dios lo llamo a su presencia donde el ahora disfruta del regalo de la vida eterna.
El día de hoy se continua velando sus restos mortales en la capilla de la comunidad de Piñami Chico donde se oficiara una misa en su honor a hrs. 19:00 y hacerles también extensivo que el día de mañana sábado se procederá con el entierro a hrs. 13:00 pm en el cementerio general de Quillacollo.
Elevemos una oración por el eterno descanso de Patricio y pidamos que su ejemplo permanezca en cada uno de nosotros.
Extraído del muro de Facebook de Marco Antonio Jaimes Zambrana

Como Jesús.....

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....una canción para el centenario.
L@s herman@s que llevan adelante la página del Centenario de Carlos de Foucauld, proponen esta canción para compartir entre tod@s durante este tiempo y preparar así los corazones para vivir este jubileo del Hermano Carlos, la compartimos desde nuestro blog y esperamos que a todos les guste tanto como a nosotros...

Letra: hermano Carlos de Foucauld.
Música: hermanita Paloma de Jesús.
Voz: hermanita Chiara de Jesús.

COMO JESÚS
GRITEMOS LA ALEGRÍA
DEL EVANGELIO CON LA VIDA
COMO JESÚS EN NAZARET

Concédeme entregar cuanto soy, cuanto tengo,
imitarte, contemplarte,
vivir sólo por tu Amor…,
ser hermano de los últimos,
sólo ser su compañero,
Y estar muy unido a todos en mi oración.

GRITEMOS…

Que mi apostolado sea: la bondad y la amistad.
Nunca se ama suficiente…
Querer amar es amar…
Que tu voluntad se haga, que todos vayan al cielo…
Y amando a todos aprendo a amar a Jesús…

GRITEMOS…

Que yo pueda vivir mi vida de Nazaret,
con ternura, con dulzura,
sólo mirar como Tú.
Lo que hacéis a estos pequeños a mí me lo hacéis también.
Que mi vida grite tu Evangelio, oh, Jesús.

GRITEMOS…

A continuación les brindamos el link de la Pagina para acceder a la canción:
http://centenaire.charlesdefoucauld.org/Como-Jesus-una-cancion-para-el?lang=es

Relicario del Hto. Carlos de Jesús...

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En el monasterio de los Hermanitos Iesus-Caritas en Nazareth, tienen para su devoción y muestra de cariño un bellísimo relicario con una reliquia de 1º grado de nuestro amado Hermanito Carlos de Jesús. Aprovechamos este post para hacer un recuerdo sobre lo que la Iglesia dice acerca de las reliquias.

Imagen del Hto Carlos y detrás relicario.
Hacer click en la leyenda para acceder a las imágenes.
Reliquia: 
Etimología latina: reliquiae, restos
Es decir un objeto asociado a un santo (o con una persona considerada santa pero aún no canonizada).

Las reliquias pueden ser de tres grados:
1er grado: un fragmento del cuerpo.
2do grado: un fragmento de su ropa o de algo que el santo usaba durante su vida (rosario, Biblia, cruz, etc.). También objetos asociados con el sufrimiento de un mártir.
3er grado:cualquier objeto que ha sido tocado a una reliquia de primer grado o a la tumba de un santo.

Declaraciones de la Iglesia sobre las reliquias:
* La Iglesia aprueba la veneración de reliquias auténticas. (Concilio de Trento)
* Canón #1190.
1. Está terminantemente prohibido vender reliquias sagradas.
2. Las reliquias insignes así como aquellas otras que gozan de gran veneración del pueblo no pueden en modo alguno enajenarse válidamente o trasladarse a perpetuidad sin licencia de la Sede Apostólica.
* Canon #1237. 
"Debe observarse la antigua tradición de colocar bajo el altar fijo reliquias de Mártires o de otros Santos, según las normas litúrgicas". 

Las reliquias representan a la persona con la que está asociada:
Recordemos la mujer enferma que acudió a Jesús y tocó su manto: "habiendo oído lo que se decía de Jesús, se acercó por detrás entre la gente y tocó su manto. Pues decía: Si logro tocar aunque sólo sea sus vestidos, me salvaré. Inmediatamente se le secó la fuente de sangre y sintió en su cuerpo que quedaba sana del mal." Marcos 5,27-29.
Ella no tocó el manto por el valor intrínseco del manto sino por tocar a Jesús. De la misma forma, tocamos las reliquias y las veneramos no por ellas mismas sino por el santo al que representan.
Dios puede concedernos milagros por intercesión de los santos, pero más importante es acercarnos a los santos para inspirarnos en sus vidas e imitarlos con el deseo de también nosotros vivir en santidad y llegar al cielo.

Las reliquias en la Biblia:
*  II Reyes 2, 9-14: Eliseo recibe de Elías el manto con el cual hace milagros.
II Reyes 13,21: Un muerto resucita al tocar los huesos de Eliseo: "Estaban unos sepultando un hombre cuando vieron la banda y, arrojando al hombre en el sepulcro de Eliseo, se fueron. Tocó el hombre los huesos de Eliseo, cobró vida y se puso en pie." 
Hechos 19,11-12: "Dios obraba por medio de Pablo milagros no comunes, de forma que bastaba aplicar a los enfermos los pañuelos o delantales que había usado y se alejaban de ellos las enfermedades y salían los espíritus malos". 
* Hechos 5,15: No sólo reliquias sino que hasta la sombra de Pedro curaba a los enfermos: "hasta tal punto que incluso sacaban los enfermos a las plazas y los colocaban en lechos y camillas, para que, al pasar Pedro, siquiera su sombra cubriese a alguno de ellos." .

Las reliquias en los primeros siglos de la Iglesia:
* La Carta de los fieles de la Iglesia de Esmirna, año 156 A.D. es representativa de la veneración a los mártires: "Tomamos los huesos, que son más valiosos que piedras preciosas y más finos que oro refinado, y los pusimos en un lugar apropiado, donde el Señor nos permitirá reunirnos"
* San Jerónimo (siglo IV) esbozó en su Carta a Ripparium las razones por las que se veneran las reliquias: “No rendimos culto y no adoramos por temor a hacerlo a las creaturas en vez de al Creador, pero veneramos las reliquias de los mártires para adorarle más a El, dueño y Señor de los mártires”.
* San Gregorio de Nyssa (siglo IV) describe en su Panegírico a San Teodoro Mártir el significado y la vivencia de tocar las reliquias: “Sólo los que han experimentado la felicidad de tocar las reliquias y han obtenido sus peticiones pueden saber cuán deseable es y qué gran recompensa”.
* San Agustín de Hipona (siglo V) en su libro La Ciudad de Dios dice: “Está claro que quien tiene afecto por alguien venera lo que queda de ésa persona tras su muerte, no sólo su cuerpo sino partes de él e incluso cosas externas, como sus ropas. Entonces, en memoria de ellos [los santos] debemos de honrar sus reliquias, principalmente sus cuerpos, que eran templos del Espíritu Santo”.
Nuestra cultura tiende a ser práctica y perder de vista el valor de los símbolos. Sin embargo, aún guardamos recuerdos de seres queridos. Para el cristiano esos son los santos.

Errores que se deben evitar en relación a las reliquias:
1- Creer que las reliquias tienen poder por sí mismas. Esto sería magia y superstición. Nuestra atención al venerarlas está en el santo.
2- Exagerar la importancia de las reliquias en la Iglesia.Las reliquias pueden ser una ayuda a la fe pero no son parte central de ella.
3- Despreciarlas o dudar que Dios pueda utilizar sus instrumentos escogidos para hacer milagros según sus designios. Ejemplo: ¿Acaso necesitaba Dios darle una vara a Moisés para hacer milagros? No. Dios no necesita ni de la vara ni de Moisés, pero Dios sí ha querido valerse de ambos.
4- Comerciar con reliquias, falsificarlas, explotar a los ingenuos. Sin duda se han cometido excesos de este tipo. San Agustín (+430) denunció a impostores vestidos como monjes que vendían reliquias falsas. El Papa San Gregorio (+604) prohibió la venta de reliquias y la perturbación de tumbas en las catacumbas.

A pesar de ello se cometieron muchos abusos. Los protestantes, en vez de rechazar los abusos rechazaron las reliquias en general. 
El Concilio de Trento (1563) defendió la invocación a los santos, la veneración de las reliquias y las tumbas de los santos.
Dios continúa hoy haciendo milagros y se deleita de hacer muchos de ellos por la intercesión de sus santos. 
Nuestra experiencia personal, al encontrarnos ante una reliquia debe ayudarnos a meditar sobre el santo como una persona real que vivió nuestras luchas en la tierra y está ahora en el cielo. 
Imágenes extraídas del muro de Facebook de: شارل دي فوكو - الناصرة  Charles de Foucauld - Nazareth      

¿Vivir en Luna Park?....

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Las Hermanitas lo hacen… 
Viven en una caravana entre las atracciones con la puerta y los brazos siempre abiertos. Incluso el Papa fue a verlas


Sus velos azules vuelan entre las atracciones. En su stand se puede jugar al Arca de Noé, pescando flores y peces del mar. Nadie se va nunca con las manos vacías, sin una sonrisa. Todo el que va al Luna Park de Ostia, en la costa romana, lo sabe.
“Aquí la puerta está abierta, incluso no se cierra. Se levanta la barrera y quien pasa puede detenerse, jugar, bromear, confiar, poder decir “rezad por mí”.
Es sencillo. Sonríe sor Amelia, 75 años, la mayor parte de los cuales los pasó en el Luna Park. Es una de las “Hermanitas de Jesús”, nacidas a la sombra de Charles De Foucauld.
Las tres viven en una caravana puesta a disposición de las atracciones. 

El año pasado recibieron la visita sorpresa de papa Francisco, que entró desde una pequeña puerta y recorrió el camino que lleva al área de las caravanas.
Entró en su morada, se detuvo en la pequeña capilla recogida en el interior. Hoy, como testimonio de esa visita, ese camino recibe el nombre de Papa Francisco.
“Nuestra gente se quedó impresionada. Es la primera vez que el Papa vino a la caravana, entró en nuestro mundo. Esto es lo que queda. Lo sintieron cercano, uno de ellos”.

El Luna Park de Ostia surge al lado de la iglesia, pero es una periferia. Por la mañana se descansa, por las noches y los días de fiesta, se trabaja. Es difícil encontrar espacios de socialización y relaciones estables, también en las parroquias. “Se necesita una pastoral adecuada a ellos”. 

También para ellos “las hermanitas” están aquí, como un puente, los brazos de la Iglesia en salida que se acerca a sus hijos allá donde vivan.
¿Qué mejor sitio para las seguidoras de un hombre, Charles de Foucauld, que dedicó su vida a acompañar a los nómadas? Esta raíz se ha recuperado y ampliado con las “hermanitas”, que se hicieron nómadas, obreras entre los trabajadores, artesanas con los artesanos, circenses y feriantes,“no con el deseo de ir a convertir a nadie, sino para ser hermanos y testificar el amor de Dios”.

Sor Amelia vive entre los feriantes de Luna Park desde los años ’70, primero en Roma, y hace algún año en Ostia. “A diferencia de Roma, aquí vivimos con ellos, compartimos el día a día, no venimos solo a trabajar. Es el compartir la vida, un intercambio continuo”.
Las jornadas son muy variadas, van al ritmo de las atracciones. La mañana está libre y se dedica a la oración, a la misa y a las actividades cotidianas: compra, limpieza, asunto varios. Por las tardes, el trabajo en el stand.
Con un contacto continuo con las familias de Luna Park. Sucede que te invitan a cenar o pasan a saludar o enfermos que visitar. 

Se organizan también momentos comunitarios para las celebraciones.
“Les gusta hacer peregrinaciones, por esta idea del camino, del viaje. Hemos hecho muchas en unos años: se reza, se celebra la misa y comemos juntos”. Hay quien pide prepararse también para recibir los sacramentos.
“Hay muchos que son muy practicantes, tienen un sentido religioso profundo. Este tipo de vida, el contacto con la gente y con la naturaleza, los imprevistos, te lleva a no apegarte a las cosas y confiar en Dios”.

Nacida en Toscana, sor Amelia creció en Tívoli, donde el padre trabajaba como albañil. Frecuentó Acción Católica, después el encuentro con Charles de Foucauld a través de lecturas y del conocimiento de los “hermanitos”.
“Me quedé fascinada con estos ermitaños que, cada tanto, iban al mercado en medio de la gente”. Las “hermanitas” viven de su propio trabajo según el ejemplo de Jesús, que durante 30 años vivió de su propio trabajo en la casa Nazaret.
La otra imagen en la que se inspiran es la visitación: llevar a Jesús como María al visitar a Isabel.

De su padre, sor Amelia heredó la vena artística y el gusto por la belleza. Hoy realiza objetos artesanales, trabaja la creta y la arcilla, y lleva dos stands junto con las “hermanas”.
Recientemente el papa Francisco definió como “artesanos de la belleza” a los que trabajan en el circo y en Luna Park. “Crear belleza es participar en la creación, te une a Dios y a los demás”.

En su capilla, en el interior de la caravana, está presente el Santísimo y a los pies del tabernáculo una estatua del Niño Jesús: “Es el pequeño Jesús que tiene los brazos abiertos porque se da y porque quiere que todos se sientan acogidos por Él. Porque el niño no tiene miedo. Por esto, ser como niños, dejarse hacer, ser acogedores”.
© Antoine Mekary / ALETEIA
PUBLICADO POR COMUNIDAD HOREB

SECRETARIA DE ESTADO DEL VATICANO

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SECRETARIA DE ESTADO DEL VATICANO
En ocasión del 100mo aniversario de la muerte del Bienaventurado Carlos de Foucauld.
Su Santidad el Papa Francisco se une de corazón a la acción de gracias de los responsables y miembros de los grupos que se inspiran de su espiritualidad. 
El Santo Padre desea que siguiendo la intuición del Bienaventurado, el espíritu de Nazareth pueda iluminar la vida y las relaciones cotidianas y ordinarias de numerosas personas. 
Que el ejemplo de aquel que, siguiendo a Jesús, quiso ser el “hermano universal”, abierto a la acogida de todos, pueda ayudar a descubrir, en el respeto de la tradición religiosa de cada uno, la importancia de la proximidad con los más pobres y los más abandonados para crecer en humanidad. “Cada cristiano debe mirar a todo ser humano como un hermano muy amado”, él escribe. 
En efecto, para él, es amando a los otros que se aprende a amar a Dios. “El amor a Dios, el amor a los seres humanos, es toda mi vida, así lo espero” (24 de abril 1890). 
Que el testimonio del Hermano Carlos de Jesús, de una vida humilde y escondida, dada totalmente al servicio de los demás, incite a los jóvenes a discernir el llamado del Señor y a responderle alegremente dejando todo para seguirlo, ¡libres del deseo de riqueza y de poder! 
Confiando en su intercesión, en el año Jubilar de la Misericordia, la paz y la reconciliación entre los pueblos, el Santo Padre envía de todo corazón la Bendición apostólica a todas las personas que viven de su espiritualidad como también a las que se benefician de su irradiación.
Desde el Vaticano, el 22 de junio 2016 
Cardenal Pietro Parolin
Secretario de Estado de Su Santidad

Tamanrraset, ahora...

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Los hermanos de la Comunidad Ecumenica Horeb, hace un tiempo compartieron esta interesantísima publicación, hoy lo hacemos desde aquí. Gracias hermanos....






El rostro de Dios reencontrado

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¿Cuál fue el rostro de Dios que impresionó al joven de Foucauld una vez que hubo iniciado el camino de la conversión?

No debe parecer extraño que en este momento de la vida de Carlos, tuviera un notable influjo la particular de Dios que se desprende de la religión de Mahoma.  Leyendo el Corán, el joven explorador había descubierto la suma simplicidad y la unidad de Dios adorado por los musulmanes. Entre la trascendencia de este Dios invisible y la inmensidad del desierto parecía haber una providencial relación. El Sahara se le antojaba al inquieto buscador como el signo de una extraña coincidencia, por no decir identidad entre el infinitamente grande, y el espacio infinitamente dilatado.
El sentido de la grandeza y de la supremacía de Dios sobre el hombre, tan evidente en comparación con la difícil y fatalista vida de los árabes musulmanes, impresionó al atento observador que era Carlos y le indujo a salir de la esclavitud de su propio yo y de su propia incredulidad.
De Foucauld, observaba y admiraba la fe infantil de aquella gente, para la que tan solo Dios tiene importancia. En realidad, a punto estuvo de hacerse musulmán. Pero lo impidió el hecho de que aquella sed de amor infinito que le consumía interiormente  no podía ser apagada por la lógica del islamismo.


“El fundamento del amor… consiste en perderse, 
en abismarse en lo que se ama y en considerar
todo lo demás como si fuera nada: 
el islamismo no manifiesta el suficiente desprecio de las criaturas
como para poder enseñar un amor de Dios realmente digno de Dios;
sin la castidad y la pobreza, el amor y la adoración
 serán siempre muy imperfectos” 
Carta a E de Castries, 15 de julio de 1901.

Luigi Borriello, El mensaje Espiritual de Carlos de Foucauld, Sal Terrae, 1981, España, pag.34
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