Hay dos cosas que me acercaban desde siempre a la figura del hto. Carlos de Jesús, la primera su insignia y divisa el corazón coronado con una cruz, que llevaba en el frente de su hábito religioso; para mí nunca fue una insignia más, me hablaba de una interioridad profunda, arriesgada, amada, las segunda las sandalias de su última foto.
Creo que había que ser una persona realmente diferente, para los musulmanes en medio de los cuales vivía un verdadero referente del Dios cristiano por medio de su vida, para ostentar públicamente signos cristianos en sí mismo y en los lugares que habitaba en territorios donde esto estaba absolutamente prohibido y hasta podría llegar a costarle la vida.
Me quiero quedar con esa imagen de un marabuto cristiano del corazón rojo, el hombre santo para todos, el hermano universal
De sus escritos, rescatamos algunos párrafos que nos ilustra claramente el sentido del corazón y la cruz.
“El emblema del Corazón de Jesús, le recuerda que hay que dar a Dios el mismo amor que Él le da. . . y que debes amar a tu prójimo como a ti mismo. . . porque Dios lo ama como Él te ama…”
“Estoy traduciendo los cuatro evangelios a la lengua tuareg. Estoy intentando con todas mis fuerzas demostrar y probar a estos pobres hermanos perdidos; que nuestra religión no es más que la caridad y la fraternidad, y que su placa es un corazón…”
“¿Qué hay de común entre el cielo y yo - entre su perfección y mi miseria? Ahí está el corazón, de nuestro bien amado Señor Jesús. En él se forma un vínculo entre estas dos realidades tan diferentes…”
“No por sus palabras divinas, no por sus milagros, y no por sus buenas obras que Jesús salvó al mundo, sino que era por su cruz…”
“Cuanto más abrazamos la cruz, más nos hacemos uno con Jesús…”